jueves, 29 de agosto de 2013

"...EN LA COLINA DE ALBUCH" TERCIOS ESPAÑOLES. OLEO SOBRE LIENZO DE JOSE FERRE CLAUZEL



Por la colina pasan rudos soldados españoles,
barbudo sargento que en la cima de Albuch paraste
a contemplar el reino.

En el Tercio de Martín de Idiaquez ha triunfado
¡Nordlingen es nuestro! Exclamaste.
Los Tercios españoles siguen avanzando.


        Son las cinco de la madrugada del 7 de septiembre de 1634. En plena Batalla de Nordligen el Tercio de Martín de Idiaquez avanza. Hasta ese momento estaban en segunda fila por orden expresa del coronel alemán Wurmser que no quería verse relegado junto a sus hombres en otra posición. Pero los dos Regimientos alemanes se rompen, y pronto las tropas empiezan a huir a tropel. El Coronel junto con un puñado de oficiales no se repliegan y morirá en el Campo de Batalla entre las filas suecas.
           La desbandada de alemanes es tan grande que el Tercio debe calar picas para no verse arrollados y que la formación se rompan. Las filas españolas son rígidas, el paso firme, lo que para los alemanes se ha convertido en un imposible para los españoles es presente. Ya ocupan la primera fila. En la colina de Albuch, los restos italianos de Tercio de Torralto defiende como pueden la posición.
A los 12 del medio día el Tercio Español ya ha rechazado quince cargas suecas a tambor batiente y se mantiene firme aunque desgastado. Pero incluso después de siete horas de lucha lo mejor está empezando… por la colina de Albuch descienden los españoles a pica calada y con las banderas desplegadas al tiempo que el enemigo, los regimientos Negros , Amarillos y Azules suecos huyen despavoridos ante la templanza española.
La conquista de la Colina de Albuch fue crucial para conseguir la victoria en Nordligen pues de lo contrario las unidades suecas hubieran emplazado allí su artillería y el final posiblemente no hubiera sido el mismo.  
El pintor Jose Ferre Clauzel, con extraordinaria maestría ha representado a aquel sargento del Tercio de Martín Idiaquez contemplando un horizonte, reflejo de la tropa que tenía a sus órdenes. La obra, titulada “…en la Colina de Albuch” resuda épica, templaza, pundonor… el uso de colores, la luz y los contrastes a la vez que la creación de una nueva obra que no nos recuerda a otras es tal vez lo más destacable de este óleo sobre lienzo que para Clauzel, que como otras obras anteriores, es un tributo al soldado español y a las Grandes Victorias Olvidadas en un país donde nos gusta más recordar derrotas.

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